Desarrollo de Competencias Docentes

Nadie enseña a nadie, todos aprehendemos de todos.







viernes, 8 de agosto de 2008

Mi confrontación con la docencia

Es deseable que todos los que nos dedicamos a la docencia contemos con eso que se ha llamado “formación pedagógica inicial”, desde estudiantes cargamos con una bitácora experiencial donde hemos registrado lo que leemos, lo que hacemos, lo que observamos, y lo que practicamos, para poder apropiarnos de conocimientos teóricos y metodológicos básicos de la pedagogía, la psicología educativa, la comunicación, la didáctica y otros campos propios de la educación, que más tarde nos moverán necesariamente en otros esquemas del reflejo actitudinal ante lo que es enseñar.Razón de más para reconocer los posibles vacíos que tengamos por nuestra preparación en otros campos de las ciencias, las tecnologías, las ciencias sociales y las humanidades, y así identificar los componentes del hecho educativo en los que hemos quedado algo fallos en la “formación pedagógica inicial” para entrar en la capacitación continua, espacio para confrontar la docencia con el ánimo de dotarnos de herramientas acordes a la tendencia educativa actual. Identificamos resistencias al cambio, parece que la comodidad es el saber del contenido y no qué hacer con el contenido. En la Educación Media Superior identificamos docentes de dominio de contenidos por su perfil formativo profesional en el campo de diversa ciencias y no es tan dudable que no conozcan la temática a enseñar, la Educación continua debe darnos a los universitarios y normalistas la ocasión de compartir estados del conocimiento en la Pedagogía para recrear el objeto de estudioEsta es la situación que predomina entre los docentes de los niveles medio superior y superior. No significa en ningún momento que el conocimiento y experiencia en nuestras disciplinas no sea importante, pero cabe preguntarnos; ¿será suficiente?, ¿se puede ser un buen docente con sólo conocer la propia especialidad? Muy probablemente en el transcurso de nuestra vida como docente nos hemos ido dado cuenta de esto y hasta hayamos empeñado esfuerzos para nuestra mejora, entonces, nos toca como docentes enfrentarnos primero a nosotros mismos y abrirnos al cambio, quien no cambia no se divierte.

Aun en el caso de los profesores con formación pedagógica inicial, la docencia exige una formación permanente, dada su riqueza y complejidad así como por el desarrollo propio de las disciplinas que le aportan conocimientos teóricos y metodológicos, además de que sólo con una formación permanente con eje en la reflexión y el análisis de la práctica docente, es posible aspirar a una docencia profesional.
Tan valiosa e importante es nuestra práctica docente que sería un grave error no recuperarla críticamente en los procesos de formación y actualización docente, pues es con relación a ella que los conocimientos teóricos y metodológicos de educación pueden redundar en nuestro desarrollo profesional.

Francisco Imbernón, teórico de la formación del profesorado, nos propone “ver la formación como un proceso constante, acercando ésta al desarrollo de actividades profesionales y a la práctica profesional y desde ella… [y así] considerar la práctica de la enseñanza como una profesión dinámica, en desarrollo”.

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