Desarrollo de Competencias Docentes

Nadie enseña a nadie, todos aprehendemos de todos.







miércoles, 2 de febrero de 2011

BIOGRAFÍA

PROFR. JESÙS ANTONIO MEDINA LOMELÌ


Por: Lorena Alejandra Medina Hernández

Nació en la Ciudad de Guadalupe Zacatecas el día 2 de agosto de 1953.
Hijo del Profr. Julián T. Medina Rodríguez y Norah Lomelí de Medina, él oriundo de Guadalupe, Zac y avecindado hasta su adolescencia en la comunidad de Zóquite, Gpe, Zac. Profr que dedicó su vida a la docencia y la política fungiendo como Presidente Municipal de la ciudad de Guadalupe,Zac. en la década de los 60s y colaborador de Divulgación Ideológica del CDE. del PRI, entre otros cargos políticos, ella la Sra. Norah Lomelì Prieto, del Municipio de Juchipila, Zac, desempeñaba sus funciones de docencia al casarse en 1952.
Conforman un matrimonio bien avenido por la buena educación brindada por sus padres, y la sangre de la docencia por 4 generaciones viene de la abuela materna Lucita Rodríguez quien fue la 1ª Maestra de la comunidad de residencia, Zóquite.
Nace su primogénito Jesús Antonio en 1953 y Lucero al año siguiente, razón de cercanía de edad que deciden inscribirlos juntos al Jardín de Niños “Leonor Rios” de Guadalupe, Zac. Años más tarde nace Leticia.
Posteriormente siguió sus estudios en la escuela Primaria para Niños “Severo Cossío” en Guadalupe, Zac., luego en la Secundaria “Gral. J. Jesús González Ortega” en Zacatecas, Zac, Preparatoria en la Universidad Autónoma de Zacatecas, Profesor de Educación Primaria en la Normal “Manuel Ávila Camacho” de Zacatecas, Zac., Especialidad de Pedagogía en la Normal Superior “Amado Nervo” de Tepic, Nayarit, Especialidad en Teoría Educativa y Modelos Pedagógicos en la Universidad Pedagógica Nacional campus Zacatecas y Maestría en Desarrollo de Competencias para la Educación Básica en la UPN, además de cursos de Formación Profesional y Actualización Docente.
Actualmente se desempeña como docente en la Universidad Pedagógica Nacional Campus Zacatecas en la Licenciatura en Intervención Educativa, Licenciatura en Educación y Maestría en Educación Básica, modalidad b-learning.
Casado en 1989 con la Educadora Lorena Hernández Sánchez en Fresnillo, Zac., fundan su residencia en Guadalupe, Zac., en 1991, procrean a Lorena Alejandra.


Convencido de que “la niñez es la depositaria de los saberes”, Jesús Antonio medina Lomelí sabe que la vocación le viene de herencia, que se le podría encontrar en la sangre corriéndole por las venas. No por nada sus padres fueron maestros, también lo son sus hermanas. Aún más, siete escuelas llevan el nombre de su padre. Siete escuelas que son un recordatorio constante del compromiso que tiene para consigo mismo y para con su estirpe. Claro está que la pregunta pertinente es ¿cómo se hereda una vocación?
La respuesta puede ser más simple de la que muchas veces se creé. Abrevando a diario de una plática apasionada, dejándose seducir por las anécdotas de la hora de la comida, compartiendo las enormes satisfacciones que les permitían ir a dormir con la conciencia plena de quienes saben que han cumplido con su trabajo. No es raro, pues, que el legado se transmite de una madre a un hijo, que los anhelos profesionales transiten por todo el aire de la casa, que se respire una vocación compartida.
Haberla descubierto es apenas el primer paso de una larga empresa, la que le llevó a cursar sus estudios, si es que en algún momento se deja de estudiar.
Jesús Antonio no es un profesor tradicional. Tal vez porque la herencia le ha llevado a superarse a cada paso o porque sus estudios le ofrecen un horizonte de expectativas más amplio. El caso es que, al tiempo que daba clases de Primaria, también se ocupaba de la Formación de docentes en la UPN. Esta mezcla no es tan rara como parece. Es la respuesta que le hace concentrarse “tratando de encontrar el objeto de estudio que fuera aplicable a una realidad más concreta, desterrando el memorismo”.


“Si la voz de la Patria es el maestro,
es momento de que le demos la voz a nuestros alumnos
porque también son la Patria”. JAML

 A manera de centrar su pensamiento pedagógico, le resaltamos algunos ejes de análisis:

Se tiene que luchar en dos frentes simultáneos: el que le permite observar a los estudiantes en sus procesos de aprendizaje y el que le abre la puerta a los mecanismos de enseñanza de sus preceptores. Son muchas las teorías pedagógicas que se pelean el epíteto de la más efectiva o más funcional. No hay forma de definirlo. Pese a ello, es una realidad que la intervención en el aula es cada vez más perentoria. Hacer del salón de clases un lugar en que alumno y docente sostengan un diálogo equitativo que vuelve los ojos hacia un proceso comunicativo más eficiente.
A eso van los profesores a los cursos que él imparte, a confrontar “sus propias prácticas educativas para que tengan impacto en la sociedad, en lo que se hace y cómo se hace, a fin de dar cuenta más clara que los aprendizajes se viven mejor con una pedagogía más crítica, más operatoria, más vivida y más sentida”. Según su propia premisa que dicta “para educar a los niños, hay que educar primero a los maestros”, sostiene que de nada sirven los cursos de actualización si éstos no inciden en los maestros. Por ello, se encuentra en la etapa de diseño de especialidades que tengan impacto ahora y que se ocupen de la tecnología educativa para que el docente obtenga “expresiones comunicativas que el alumno ya tiene en el hogar”. No hacerlo, es cerrar los ojos a una realidad que cobra fuerza día con día. Nunca antes las diferencias generacionales habían sido tan evidentes. Las capacidades y habilidades que las nuevas generaciones manejan hoy en día, superan con creces, en la mayoría de los casos, a las de los profesores, basta con saber lo que hacen en la internet y la manera como manejan unos y otros esos sistemas nuevos.
La metodología más pertinente es, entonces, la que apunta a la aportación colectiva, en la que todos los miembros del grupo son justo eso y a partir de ellos es como el profesor era el único poseedor de la verdad, ahora, es el responsable de orientar, de marcar un camino en el que cada uno tiene que aportar sus conocimientos para librar los obstáculos que se presenten.
Ser maestro, para él es “otorgar la oportunidad en el saber. No es el transmitir sino proporcionar, cuidar, asesorar, tutorar” y hacerlo bien es un compromiso que tiene con sus alumnos, con la sociedad, consigo mismo y con la herencia que le han dejado sus padres.